Plagas de los pinos: Tomicus piniperda

Si desde hace unos años las palmeras que ocupan nuestro territorio se han visto muy afectadas por el famoso Picudo, ahora son los pinos los que también corren peligro. El insecto plaga que afecta a las masas forestales de pinos es Tomicus piniperda o popularmente conocido como barrenillo, un coleóptero escolítido de entre 4 y 5 mm de longitud y de tonalidad marrón, cuya larva perfora y excava galerías en los troncos dificultando la circulación de la savia y causando la muerte del árbol.

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BIOLOGÍA:

La hembra adulta, un pequeño escarabajo de unos 4-5mm de longitud, perfora el tronco del árbol haciendo una galería a través de la cual también entrará el macho para aparearse. Esta perforación provoca en el árbol exudaciones resinosas sobre la corteza, muy visibles desde el exterior. La fabricación de resina es el mecanismo de defensa de algunos árboles para evitar la presencia de cuerpos extraños.

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Exudaciones resinosas en el tronco de un pino en respuesta a la entrada de un ejemplar adulto de Tomicus o barrenillo

A continuación la hembra llevará a cabo la puesta de entre 40 y 80 huevos, a lo largo de la galería excavada entre los meses de octubre y abril. Dos o tres semanas después los huevos eclosionarán y las larvas comenzarán a alimentarse en dirección perpendicular a la galería excavada por la madre, originando lo que se conoce como galerías en forma de espina de pescado. El tamaño de los nuevos canales excavados por las larvas aumentará progresivamente conforme aumenten su tamaño corporal los individuos.

Al final realizarán una cámara de pupación en la que tendrá lugar la transformación en adultos. Los adultos saldrán al exterior por otros orificios perforados (que generan serrín) y se dirigen hacia la copa de los árboles, ya que ellos se alimentan del interior de los ramillos terminales hasta que alcanzan su madurez sexual, desde abril hasta julio. En este momento buscarán otros árboles que colonizar y comenzará el ciclo de nuevo.

DISTRIBUCIÓN:

En España se ha detectado su presencia en gran parte de las provincias por lo que se considera que está presente en toda la superficie de la Península sobre la que hay pinar (los árboles por los que guarda preferencia).

SÍNTOMAS:

Las señales de colonización son muy evidentes pudiendo observar numerosos signos de afección como:

–          Ramas terminales caídas y secas.

–          Copas amarillentas que destacan sobre el resto del pinar.

–          Presencia de grumos de resina alrededor de orificios en el tronco.

–          Presencia de serrín cerca del tronco.

DAÑOS:

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Pinos afectados por la presencia de Tomicus o barrenillo.

Aunque se trata de una especie capaz de colonizar árboles sanos, los mayores daños son los que causa sobre poblaciones jóvenes o masas adultas ya afectadas por cualquier causa. Previamente se tienen que haber producido una serie de condiciones que hayan favorecido su expansión, pues ante niveles normales de población, los ataques que se producen se efectúan sobre aquellos pies más debilitados por encharcamiento o sequía, por presencia de otros organismos debilitadores como insectos u hongos, o bien sobre aquellos ejemplares derribados por el viento o la nieve o sobre restos de podas.

Los daños producidos por esta especie se localizan bajo la corteza del árbol, sobre los troncos y ramas gruesas y en los ramillos terminales de las copas. La muerte de los árboles se produce por la alimentación de las larvas, las cuales excavan en la madera una serie de galerías en forma de espina de pescado que impiden que la savia y el agua puedan circular correctamente con esto provocan el debilitamiento de las condiciones del árbol y la muerte del ejemplar afectado.

MÉTODOS DE CONTROL Y MEDIDAS PREVENTIVAS:

Como medidas preventivas se recomienda:

–       No dejar restos de podas o ramas rotas.

–       Evitar la presencia de ejemplares debilitados mediante trabajos de clareos…

–       Evitar que haya árboles muertos, porque actuarán como un criadero de organismos plaga a través del cual se dispersarán.

Así pues, el mejor control que se puede realizar en aquellas zonas de grandes pinadas para evitar sufrir ataques es controlar el nivel poblacional. Si se mantiene la población controlada, se evitarán grandes ataques. Para poder mantener la población de organismos plaga controlada es necesario evitar que haya pies debilitados o muertos.

Una vez se ha detectado la presencia, se recomienda la detección y eliminación de los pies infestados antes de la emergencia de las nuevas generaciones (en marzo). Los árboles más afectados durante el invierno actúan como atrayentes y la destrucción de los mismos antes de emerger los adultos eliminará gran parte de la población.

  • Cuando son árboles sueltos o pequeños rodales:

No es necesario usar insecticidas, sino que es más recomendable cortar y quemar los pies afectados (a finales de los meses de mayo-junio). Si no es posible quemar los restos de la poda, se recomienda tratar los pies afectados con piretroides en varios tratamientos espaciados en el tiempo al menos 15 días para acabar con todas las fases de insecto-adulto que vayan saliendo.

  • Cuando se trata de grandes focos:

Se recomiendan en estos casos los tratamientos químicos con productos autorizados. Este tratamiento se recomienda cuando haya salido la nueva generación de los troncos (veremos las perforaciones en los mismos) y antes de que asciendan hacia las copas para alimentarse de las ramillas.

Es posible la utilización de trampas de feromonas para la detección y el seguimiento. Se colocarán dos o tres trampas espaciadas unos 25 metros entre sí. Si lo que se pretende es efectuar la captura masiva de individuos, será necesario colocar las trampas formando un cuadrado de 50 metros de lado y utilizando 4 trampas por hectárea.