
Las Palmeras y el Picudo Rojo
El Picudo Rojo o también conocido como Rynchophorus ferrugineus es un escarabajo de la familia de los curculiónidos, con un tamaño de entre dos y cinco centímetros y una característica coloración rojiza con manchas negras en el tórax.
Originario del sureste asiático, apareció en España en Almuñécar en 1994 por palmeras introducidas procedentes de Egipto y del norte de África. Hoy en día, en nuestro país afecta sobre todo a los ejemplares de pies macho de la palmera canaria, Phoenix canariensis y en menor proporción a la palmera datilera, Phoenix dactylifera.
La infección de las palmeras comienza cuando la hembra accede a la corona de la palmera depositando los huevos, a partir de los cuales saldrán las larvas de color amarillento y sin patas, e irán excavando galerías por el interior de las hojas provocando que se marchiten y amarilleen. Es por esto que las palmeras afectadas presentan las hojas caídas, secas y desprenden un olor característico, muy similar al olor a dátil.
Del estadío de larva, saldrá la pupa y tras unos 20-25 días madurará dando lugar al individuo adulto, el cual, gracias a que posee alas, puede abandonar la palmera para reproducirse y encontrar un nuevo hábitat en otras palmeras. En lugares en los que hay varios ejemplares de palmeras, como jardines, parques o zonas públicas, es fácil encontrar algún picudo revoloteando el tronco o algunos individuos vivos o muertos en el suelo, cerca de la base.
¿Qué tratamientos encontramos?
El tratamiento se hace complicado ya que las larvas, que son las que provocan el mayor daño al alimentarse del interior de las hojas, no están totalmente al alcance si rociamos la palmera con algún producto para su tratamiento químico, por lo que deberemos impregnar bien el cogollo cuando realicemos este tipo de actuación. Otra opción de tratamiento químico es la introducción de insecticidas en el tronco de la palmera mediante inyecciones o bien también se puede optar por regar la tierra con insecticidas sistémicos que al ser absorbidos por las raíces afectarán a la forma larvaria. A continuación se muestran los productos de tratamiento recomendados, así como las dosis y periodos de actuación.
Como metodología de control biológico tanto preventivo como curativo está el empleo de nematodos u hongos entomopatógenos, que son parásitos larvarios y por tanto afectarán a los ejemplares de picudo en su estado de larva.
También hay disponibles en el mercado trampas de feromonas que permiten el trampeo para la detección y/o captura masiva de ejemplares, reduciendo la cantidad poblacional, aunque este es un método complementario a otros, ya que a altos niveles de infestación no suele ser suficiente para controlar todos los ejemplares.
¿Qué medidas de prevención hay?
– No efectuar podas de hojas en zonas próximas a focos de esta plaga o en caso de ser necesario, realizarlas en enero-febrero.
– Realizar las podas correctamente, evitando que sean severas y realizar cortes limpios para que no se lleven a cabo desgarros.
– Tras las podas deberá realizarse un tratamiento preventivo puesto que los individuos adultos se sienten atraídos por el aroma que desprenden las palmas recién cortadas.
– Retirar los restos de palmeras afectadas y depositarlos en puntos de control oficial para su procesamiento y destrucción.
– Realizar tratamientos en primavera y en verano, puesto que la plaga es más activa con las altas temperaturas.
– Incluir técnicas de trampeo masivo para disminuir las poblaciones de adultos en ejemplares tratados preventivamente.